DECLARACIÓN DEL COMITÉ EJECUTIVO DEL PCPE.
El terremoto del pasado día 12 de enero en Haití ha puesto de manifiesto –una vez más-, que en cualquier catástrofe natural los daños para la población son directamente proporcionales al grado de expolio sufrido por el país afectado. Han sido las condiciones precarias en que vive Haití las que han ocasionado un tan alto número de víctimas mortales y una tan alta destrucción de todo tipo de edificaciones. Por ello hay que denunciar a quienes tienen la responsabilidad directa de ese terrible panorama de muerte y sufrimiento: el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo.
Resulta un ejercicio cínico indignante las declaraciones de la representación de la monarquía española expresando «su pesar por las víctimas de Haití», cuando el primer gran terremoto que sufrió ese pueblo fue la llegada del colonialismo español en 1492, origen primero de toda la destrucción que hoy vemos.
Posteriormente fueron Francia y EE. UU. quienes invadieron, esclavizaron, saquearon y realizaron todo tipo de crímenes contra el pueblo de Haití y contra sus ricos recursos naturales. Golpes de estado, dictaduras y los crímenes más terribles fueron responsabilidad directa de ambas potencias colonizadoras.
Ahora, en esta tragedia -frente a la actitud admirable de la revolución cubana y otros pueblos solidarios-, vemos a las hienas disputarse la ocasión para abalanzarse de nuevo sobre la presa que nunca soltaron.
Ni EE. UU. ni la UE realizan acción humanitaria en Haití, lo que hacen es simplemente geopolítica. Es decir, aprovechan esta nueva desgracia que sufre el pueblo haitiano para mejorar el posicionamiento para la defensa de sus intereses en la zona. Así se explican las desavenencias entre Francia y EE. UU., al tiempo que el lacayo Rodríguez Zapatero aplaude la invasión militar yanki y envía su propio contingente militar a la zona. Este es el mismo Presidente del gobierno español que apoyó el golpe de estado de 2004, sumando apoyo militar de nuestro país para colaborar con la asonada organizada por el imperialismo yanki.
Desde hace algunos años, desde centros de propaganda del imperialismo, se ha elaborado la idea perversa de los llamados «estados fallidos». Esta formulación tiene como finalidad última legitimar la ocupación imperialista de esos países –«ante su inviabilidad»-, y el caso de Haití es un ejemplo paradigmático de lo que el imperialismo nos depara para el futuro. En su fracaso histórico el imperialismo tiene que recurrir a la liquidación de todo derecho y/o libertad para tratar de sobrevivir. Por eso no hay piedad, y se aprovecha cualquier ocasión para hacer avanzar las políticas necesarias al capitalismo senil.
La nación que protagonizó la primera revolución libertadora de América Latina, con el levantamiento de la esclavitud negra, tendrá que organizar de nuevo la lucha popular por la expulsión de los invasores y la recuperación de su propio destino. En ese antecedente histórico están las grandes enseñanzas para las luchas necesarias en el presente.
El CE del PCPE –en base a todo lo expuesto- exige la inmediata salida de las fuerzas militares ocupantes y la entrega de toda la ayuda humanitaria necesaria sin condicionamientos políticos de ningún tipo, priorizando las necesidades de la población.
El PCPE estará siempre del lado del pueblo haitiano en su justa aspiración a construir un país soberano, dueño de sus recursos, en el que las fuerzas del progreso social levanten un proyecto de emancipación y justicia social. Ese es el camino necesario para que las catástrofes naturales no se conviertan en causa de tanto dolor y sufrimiento para ese pueblo tan heroico.
¡Viva el internacionalismo proletario!
¡Fuera tropas imperialistas invasoras!