Agustí Chalaux. La lucha utópica contra la corrupción, en el diario Ara tu

Agustí Chalaux (1911-2006).Agustí Chalaux. La lucha utópica contra la corrupción.

Ara Tu. Domingo, 3 de marzo de 2013. Páginas 8 y 9.

La putridez nos devora. La calle está harta y parece que todavía quedan muchas malas prácticas por emerger. Hace medio siglo un visionario catalán dedicó su talento a buscar vías para combatirla. A pesar de las buenas intenciones, queda claro que no lo consiguió1.

Texto Xavier Theros | Actualizada el 03/03/2013 00:00.

Vivimos tiempos difíciles y extraños. De repente, las corruptelas políticas y las malas prácticas financieras han pasado de ser un asunto propio de las páginas de economía a ser noticia de primera plana en todos los periódicos. Nunca como hoy el ciudadano de a pie se había interesado tanto por conceptos y nociones relacionadas con la macroeconomía. Y, al mismo tiempo, nunca se había visto un descrédito y una desconfianza tan radical hacia este modelo de sociedad liberal, llena de leyes tramposas y retórica vacía. La situación actual era impensable hace sólo unos años, después de décadas viviendo en la sociedad del bienestar, la posibilidad de que Europa volviera a vivir una crisis de estas magnitudes era difícil de imaginar. Sin embargo, los peligros de la plutocracia y de la corrupción ya fueron anunciados por varios teóricos del siglo XX. El catalán Agustí Chalaux fue uno de los primeros en darse cuenta de las consecuencias que traería la salida del patrón oro y la adopción del papel moneda.

Hijo de un industrial francés afincado en Barcelona, Chalaux nació en 1911 en Sant Genís dels Agudells, entonces una aldea de unos quince habitantes y hoy parte del barrio de Horta. Después de estudiar en la escuela Montessori, fue a la ciudad francesa de Tolón a hacer el bachillerato cuando tenía nueve años. Fue allí, a los catorce años, que asistió a una conferencia del famoso banquero Horace Finaly, presidente de la Banca Nacional de París y los Países Bajos (Paribas), y aquella charla cambió su vida. Un día, en casa del banquero, leyó por casualidad un informe confidencial sobre la reunión que Finaly había mantenido con John Pierpont (J. P.) Morgan y Henri Deterding. En el documento se decía que la Primera Guerra Mundial estaba a punto de engullir las reservas mundiales de oro y que el papel moneda lo sustituiría como patrón monetario. Los nuevos billetes de banco podían racionalizar la economía y hacerla más productiva, pero los banqueros prefirieron seguir con el dinero anónimo y organizar una plutarquía internacional, en la que banqueros y dueños de las principales compañías industriales pudieran suplantar un día los gobiernos nacionales. Conocido el secreto, Finaly decidió hacerle de maestro y ayudarle a establecer un criterio científico y racional al problema del dinero. Así, estudió economía en París y ciencias químicas en la ciudad alsaciana de Mulhouse.

Bardina y Xirinacs.

De vuelta a Barcelona se puso a trabajar en el negocio familiar. Poco después estallaba la Guerra Civil. Gracias a sus simpatías libertarias se quedó de gerente en la empresa colectivizada, donde aprendió que no se podía hacer una revolución sin controlar los resortes económicos de la sociedad. En aquella época empezó a escribir sobre este tema, pero en 1939 tuvo que exiliarse en Francia. Vivió allí durante la Segunda Guerra Mundial, hasta que en 1945 regresó a Barcelona. Durante la posguerra sus principales influencias fueron las publicaciones que el pedagogo Joan Bardina editaba desde el exilio en Chile. Muerto el general Franco, conoció a Lluís Maria Xirinacs, y juntos fundaron el Centro de Estudios Joan Bardina, destinado a estudiar un nuevo modelo político y económico alternativo al capitalismo y al marxismo. Me lo explica el señor Joan Parés y Grahit, médico personal tanto de Xirinacs como de Chalaux, y secretario de este último.

El doctor Parés -actualmente jubilado- conoció Chalaux el año 1978, en una conferencia en la asociación Amigos de la Unesco. Y, desde ese instante, se convirtió en uno de sus colaboradores más fieles: «Agustí era un hombre muy sencillo, muy abierto a hablar con todo el mundo. Según sus teorías, el dinero se inventó exclusivamente para favorecer el intercambio. Pero, cuando apareció la moneda anónima, se convirtió en poder y generó un alto grado de corrupción. La Fundación Bofill hizo recientemente una encuesta en la que preguntaban: ¿si en su trabajo pudiera tomar dinero impunemente, con la garantía absoluta de no ser nunca detenido, usted qué haría? El 90% contestaron que lo tomarían. Fiarse de la honestidad de los políticos es suicida. Deben ser el sistema de leyes y la estructura del estado los que deben impedir la corrupción de los poderes políticos. Esto Chalaux ya lo decía en los años setenta y nadie le hacía caso».

De aquellos debates y charlas salió el libro de Xirinacs Tercera Vía2, que no se publicó por miedo de los editores a molestar a los banqueros. Al final, fue publicado en 2012 y se puede leer gratuitamente en PDF en las webs http://xirinacs.org y http://bardina.blog.pangea.org3. «Los enviamos a todos los partidos, pero los únicos que lo aceptaron fueron los de la CUP4».

Parecen cumplidas las predicciones de Chalaux. Como vaticinó, el principal problema hoy es el trasvase de poder desde el ámbito político y público al financiero y privado. Parés añade: «León Blum explicaba en sus memorias que fue a pedir ayuda a Finaly para que le financiara la campaña electoral, y cuando fue presidente de la República Francesa se enteró de que el banquero había dado la misma cantidad a todos los candidatos. Ganara quien ganara, él ganaba siempre. Nuestro sistema actual es así, termina socializando la corrupción».

A pesar de una visión tan descarnada del poder económico, Chalaux dejó escrito en 1979 que «la era de las antieconomies de mercado y de las antipolíticas sociales, los poderes ocultos, desleales y subterráneos, de la apropiación ilegítima y del robo de la propiedad pública estaba llegando a su fin».

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Agustí Chalaux | Archivo Dr. Joan Parés.


Cuando la banca era un negocio de riesgo.

Agustí Chalaux, de hecho, llegaba tarde. No siempre fue tan fácil para el mercado financiero corromper y engañar a la sociedad: «En la Edad Media el banquero catalán Francesc Castelló fue ejecutado porque quebró», recuerda con ironía amable el doctor Joan Parés. Los hechos tuvieron lugar a mediados del siglo XIV en Barcelona, durante la crisis económica que provocó la primera gran epidemia de peste negra. A diferencia de las actuales, las autoridades de entonces endurecieron las condiciones para la banca privada. Según las leyes que regían el sector, el propietario de una tabla de cambio que quebrara era humillado públicamente por toda la ciudad. Podía acabar decapitado y con sus propiedades vendidas para responder a los acreedores. A Castelló le cortaron el cuello delante de su casa el 10 de noviembre de 1360.


Del dinero anónimo al telemático.

El objetivo del modelo económico de Agustí Chalaux era acabar con la corrupción política y, por tanto, impedir que un régimen plutocrático cogiera el control de la humanidad. Para ello proponía eliminar el dinero en efectivo y sustituirlo por un cheque-factura similar a las actuales tarjetas de crédito en el que constarían los datos del comprador y del vendedor, lo que acabaría con el dinero anónimo. Cualquier transacción económica sería registrada por una red telemática de titularidad pública, bajo el control de una justicia independiente de los poderes ejecutivo y legislativo. Sin dinero físico, el mundo sería un lugar más seguro, el nuevo dinero nominal eliminaría la tentación hacia el crimen y garantizaría una sociedad con menos conflictividad social. Cualquier compraventa con nombre y apellido dejaría un rastro jurídico y haría imposible tanto el robo como el soborno, e impediría así la actividad de las mafias de la droga o de la prostitución, que no tendrían manera de blanquear sus beneficios. Del mismo modo, no dejaría margen a la falsificación de billetes, obligaría a hacer emerger el dinero escondido en cajas de seguridad y en paraísos fiscales y acabaría con la opacidad en el comercio.


Enlaces de los artículos originales en Internet:

Agustí Chalaux. La lluita utòpica contra la corrupció (Agustí Chalaux. La lucha utópica contra la corrupción):

http://www.ara.cat/premium/suplements/ara_tu/Agusti-Chalaux-lluita-utopica-corrupcio_0_875912412.html

Dels diners anònims als telemàtics (Del dinero anónimo al telemático):

http://www.ara.cat/premium/suplements/ara_tu/Dels-diners-anonims-als-telematics_0_875912410.html

Quan la banca era un negoci de risc (Cuando la banca era un negocio de riesgo):

http://www.ara.cat/premium/suplements/ara_tu/banca-negoci-risc_0_875912415.html


Notas:

1Por ahora, al igual que Galileo Galilei, científico que afirmó que la Tierra orbitaba alrededor del Sol pero no al revés, no fue reconocido en vida suya, pero sí que su teoría fue aceptada entre otros pueblos diferentes en la mismo época y en el mismo Occidente en épocas posteriores.

2El nombre completo de la obra es Tercera Via. Sistema General a la mesura de l’home d’avui (Tercera. Vía. Sistema General a la medida del hombre de hoy).

3Exactamente en estos tres recursos de Internet:

http://www.bardina.org/nw2/tercera_via/terceraviact.htm,
http://www.xirinacs.org/wp/2012/09/08/segona-edicio-de-lobra-tercera-via-den-lluis-maria-xirinacs-l11-de-setembre-del-2012/, y

http://xirinacs.wordpress.com/2012/09/08/segona-edicio-de-lobra-tercera-via/,

podéis ver otros documentos relacionados dentro del sitio web del Centro de Estudios Joan Bardina en http://bardina.org

4Debemos enmendar este último comentario, pues la obra Tercera Via, Sistema General a la mesura de l’home d’avui (Tercera Vía, Sistema General a la medida del hombre de hoy) ha llegado en papel y ha sido aceptada por buena parte de las formaciones políticas del Principado de Cataluña, también tenemos noticia de que ha sido descargada de Internet y leída con interés.

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